El Volkswagen T-Roc llega con descaro y sin ningún tipo de complejos para enfrentarse a modelos tan exclusivos como el Honda HR-V y el Mini Cooper Countryman
Solo Para Uso Familiar ?
2018 Mini Copper vs Honda HR V VS VW T Roc
Apesar de tener detalles tan buenos como el climatizador con mandos táctil, no esperes grandes alardes tecnológicos en el HR-V porque el equipo multimedia, aunque sencillo de manejar, está un paso por detrás del de sus rivales. Los diversos chivatos, así como la instrumentación, también están anticuados. Ahora bien, es el que tiene el mejor puesto de mandos. A eso se suma el exquisito cambio manual.
2018 Honda HR V
2018 Honda HR V interior
El Countryman es toda una caja de sorpresas en cuanto a espacio disponible para los pasajeros. Sus formas cúbicas ganan la batalla de la habitabilidad a HR-V y T-Roc. Además, conjuga muy bien todo esto con el lado deportivo. Todos sus mandos son duros –volante, pedales…– y la suspensión es la más firme del grupo. Es el único que puede montar extras como el Head Up Display –600 euros–.
2018 Mini Cooper Countryman
2018 Mini Cooper Countryman interior
El habitáculo del T-Roc mezcla elementos de otros Volkswagen, como el Golf y el Polo. Son muy funcionales, es cierto pero, dado el precio del vehículo, echamos en falta algo más de originalidad. A los modos de conducción se le unen los de la tracción integral, ganando de esta forma un plus de motricidad. Como venimos diciendo últimamente, lástima de llantas, bonitas pero muy expuestas a roces.
2018 Volkswagen T Roc
2018 Volkswagen T Roc interior
Tener un hijo te cambia la vida en todos los aspectos. Desde que Alejandro vino al mundo, mis prioridades han variado por completo y las dudas no hacen sino multiplicarse. Entre ellas, si se queda con hambre, tiene iebre, si le puedo poner esa crema en el culete o si es necesario sustituir nuestro utilitario de uso diario por un coche más capaz. El problema de esto último ha venido a partir del segundo mes, cuando su madre y yo nos dimos cuenta que era necesario dar el salto, debido más al “coge esto por si acaso” que por necesidades reales de dos adultos y un bebé.
Ahora, analizo como nunca el espacio y el maletero de cada vehículo que pruebo. Y, aunque esa siempre ha sido mi labor, porque es a lo que me dedico, no hay detalle que se escape, por muy pequeño que sea, como precisamente me ha pasado con los tres todocaminos aquí reunidos, opciones que barajamos como buena parte de las familias de clase media de España.
SEGURO DE LO QUE QUIERES
De este trío, hay uno que se lleva todas las atenciones por ser el último en llegar: el VW T-Roc. Conquista por su aire jovial y una estética potenciada, en este caso, por el acabado Sport, que realza el lado racing, pero sólo a nivel estético, con sus faldones y llantas especíicas. Porque, a nivel dinámico, no hay preparación de ningún tipo. Más allá del aspecto, se trata de un SUV muy racional en el que no hay lugar a improvisaciones, como buen germano. El nivel de terminación es bastante correcto y su interior tiene partes de otros coches de la casa, lo que le da valor y se lo resta también por falta de originalidad debido al precio de esta versión. No hay que olvidarse que el T-Roc, dentro de poco, tendrá que rivalizar con su hermano pequeño T-Cross.
Estará basado en el Seat Arona y previsiblemente será más barato que el T-Roc, aunque éste está a la venta en promoción desde 19.600 euros, campañas de idelización y de inanciación incluidas en este importe. A su lado, el Mini Countryman sigue siendo tan llamativo como de costumbre. El principal ‘pero’ ya lo conoces: un precio de venta más elevado que sus rivales, justiicado en parte por una calidad de acabados bastante elevada, la más alta en este caso, con plásticos blandos ajustados al milímetro en salpicadero, consola, paneles de las puertas…
¿TEGUSTAN? Las bandas de color negro colocadas en el capó del Mini cuestan 125 euros. Por el mismo precio, están disponibles en blanco
A eso se añade una lista interminable de extras para personalizarlo, lo que ayuda a tener un Countryman casi único a costa de sumar euros a la factura. De esta forma, se consigue un coche tan exclusivo que es más probable que te toque la lotería que cruzarte con un Countryman configurado exactamente como éste, con extras como cambio automático, Head Up Display, llantas de 19 pulgadas, calefacción en asientos, cámara de marcha atrás, techo panorámico practicable, control de velocidad de crucero activo, equipo de audio Harman Kardon…
Tres tipos con mucha personalidad
Además de por sus carrocerías, Countryman, HR-V y T-Roc tienen habitáculos muy definidos. El más racional de todos es el HR-V, con su mezcla tela-cuero. El T-Roc busca la baza del atractivo mezclando colores como el negro, el rojo y el blanco. El Mini es el único que ofrece una banqueta extensible, detalle importante para los que tengan las piernas largas. Además, los conductores más racing pueden montar unas butacas deportivas JCW ideales para ‘hacer curvas’.
Una unidad de pruebas, la de las imágenes, que sobrepasa los 40.000 euros, rozando así lo prohibitivo para muchos bolsillos. De la ‘vieja escuela’ hemos querido traer a un representante como el Honda HR-V y comprobar, asimismo, si el paso de los años se nota tanto como muchos creen. Porque el japonés sigue defendiéndose como el mejor de los guerreros samurai, con soluciones tan interesantes como el Magic Seats, un sistema de plegado de los asientos traseros que deja un espacio de carga uniforme, operación que se realiza con tirar de dos palancas sin el más mínimo esfuerzo.
Este espacio plano de carga es posible gracias a la reubicación del depósito de combustible, que pasa a estar bajo los asientos delanteros en vez de los traseros, como sucede normalmente. Además, es el que más fácil lo pone para entrar y salir de todas sus plazas, en especial de atrás, con unas puertas que prácticamente abren a 90º, y una banqueta sobreelevada, lo que permite, por ejemplo, poner una sillita sin necesidad de doblar la espalda. Ninguno de sus rivales consigue una modularidad que se le parezca. ¿Alguien dudaba del Honda?
CENTÍMETRO A CENTÍMETRO
Countryman y T-Roc intentan sobreponerse ante estas soluciones tan interesantes para la familia con argumentos como el comportamiento. De los dos, el primero es el que se siente más dinámico, transmitiendo siempre deportividad. Para empezar, la dirección es tan precisa que, con un mínimo giro de volante, el coche entra en la curva con una asombrosa facilidad. Conviene aclarar que, en parado, la desmultiplicación de la dirección no facilita las maniobras, y a veces, acabamos cansados porque los mandos son duros en su manejo. Continuamos con la amortiguación, de tarado i rme, lo que reduce las inclinaciones de la carrocería al máximo.
Los pasajeros únicamente notarán los giros cerrados en sus asientos ante el mínimo agarre lateral de los mismos, así que si te lo puedes permitir, añade las butacas JCW para que el cuerpo quede encajado… eso u olvidarse del cuero. Para el i nal cabe mencionar el buen trabajo de la tracción integral, que deja siempre libertad al eje delantero hasta que se complican las cosas. Hablamos en el asfalto porque, a pesar de su imagen aventurera y de contar con menús especíi cos para ver cómo se comporta en pistas, el Mini es poco amigo de las excursiones of road salvo que sean relajadas.
De hecho, se puede pedir a fábrica sin 4×4, lo que baja el precio de venta 2.000 euros. El Volkswagen, como dijimos al principio, es deportivo sólo de aspecto. Los exagerados neumáticos que monta en medida 225/40 restan bastante alegría al conjunto, principalmente porque transmiten ruido al habitáculo y afectan a la amortiguación haciéndola más seca de lo debido, por no hablar de que limitan bastante las cualidades 4×4; una lástima ya que es el único modelo que cuenta con un control de descenso de pendientes. Aún así, el T-Roc nos traslada a un segmento superior por lo ino que va, como el del Tiguan.
El conjunto es sobresaliente y sólo se puede matizar el excesivo subviraje de este SUV, que sería más problemático de no ser por la tracción 4Motion. El acabado Sport se asocia irremediablemente con la caja de cambios DSG de siete marchas en este motor de 150 caballos, de ahí el precio inal del Volkswagen, el más elevado de la comparativa.
Este DSG no lo hemos percibido tan rápido como en otras ocasiones y ha aparecido cierto titubeo a la hora de reducir en aceleraciones fuertes, algo que se ha mitigado en parte con el programa Sport. Un motor, el dos litros de Volkswagen, que conocemos de sobra del Grupo. Suele mostrarse algo tosco, como a veces ha sucedido al dos litros del Mini, aunque éste siempre va más ino, incluso con la transmisión automática de convertidor de par.
DIFERENTE. Los pitidos del Countryman cuando te dejas las luces encendidas o cuando no te abrochas el cinturón de seguridad son más propios de un videojuego. Nada que ver con los ‘cansinos’ del Honda…
EL AHORRADOR
Para ina, la mecánica del nipón a pesar de tener un déficit de 30 caballos, una cifra importante, sí, pero no para marcar una barrera insalvable respecto a sus rivales. Es cierto que el i-DTEC logra peores prestaciones –hablamos de velocidad punta y el 0 a 100–, pero lo que sí consigue es estirar la autonomía como ningún otro SUV del momento, ni siquiera más pequeño.
Sus cifras oiciales son difíciles de conseguir en circunstancias normales de tráico, salvo que seas un conductor ecofriendly; entonces te podrás acercar a ellas. En circunstancias normales, el ordenador de a bordo registra entre 4,5 y 5,0 litros a los 100 cuando sus rivales se aproximan más a los seis, consecuencia entre otros, de la mayor caballería de TRoc y Countryman, la tracción integral y el cambio automático que montan.
En el Honda, la diferencia entre llevar activo el modo Econ y no tampoco varía mucho los resultados. Un botón, por cierto, que se encuentra en una posición poco práctica, casi escondida, que obliga a apartar la mirada hasta que te haces con su ubicación por intuición. Menos mal que por su color verde se identiica de un vistazo…
¿QUÉ BUSCAS?
Si la eficiencia del Honda nos gusta, porque con un depósito de combustible puede sobrepasar los 1.000 kilómetros con facilidad, más lo hace su puesto de mandos. Mientras que en el T-Roc y Countryman nos encontramos con un cockpit similar al de un turismo, en el HR-V la sensación es la de ir sentado unos centímetros arriba, como en un todoterreno. Y eso que el Honda carece de una herramienta para ello: el 4×4.
A pesar de este pequeño ‘problema’, el Honda tiene el suiciente desparpajo para mostrarse hábil cuando afrontamos caminos de tierra o la carretera se retuerce, con un reparto de pesos más equilibrado. Si Alejandro hablara, me diría que fuese a por el Honda si primase, ante todo, la familia. Pero me diría “papá, eres un aburrido”. No se lo negaría, pues en mi cuerpo treintañero hay un ‘viejoven’. “Quédate con el Mini o el Volkswagen y así nos lo pasamos mejor”. Yo, sin aclararme, y mi chica pensando en ir a por el segundo…