En Peugueot se han propuesto reconquistar a la clientela de las berlinas tradicionales con su nuevo 508, ahora reconvertido en un atractivo cupé de cinco puertas
CARROCERÍAS. Por el momento ya están confirmadas las variantes sedán y familiar SW. ¿Volveremos a ver un cupé como ya sucedió con el 406 Coupé?
Si hace 15 años un ‘cochazo’ era una gran berlina con maletero separado, ahora esa idea de sofisticación y lujo ha cambiado y los SUV tienen mucho que ver en ello. A pesar del imparable crecimiento de este tipo de vehículos, todavía hay una clientela que busca conducir más ‘cerca’ del suelo pero que también quiere un punto de originalidad, tanto en la estética como en la deinición del propio concepto de berlina tradicional de representación.
Y aquí es donde los cupés de cinco puertas de aire deportivo están abriéndose paso entre los voluminosos todocaminos. Además, las berlinas de tres volúmenes han sido uno de los puntales del éxito de Peugeot durante décadas y no quieren renunciar a esa herencia. Este año se cumple medio siglo del lanzamiento del famoso Peugeot 504, uno de los modelos más emblemáticos de la marca y que en su época supuso toda una revolución por su diseño y concepto.
La reducida altura,el portón trasero y la caída del techo marcan las formas del Peugeot 508. El aire coupé deportivo queda reforzado por sus puertas sin marco.
Qué buen trabajo
Ahora la marca francesa quiere volver a seducir a la clientela de las berlinas reinventado su coche más representativo, con un 508 que es casi ocho centímetros más corto, 3,5 más bajo y casi tres más ancho que su antecesor, lo quecambia completamente su silueta. Otros detalles marcan la diferencia con los antecesores de este 508: ahora tiene un gran portón trasero y sus puertas no tienen marco, llevan los cristales al aire, un elegante detalle de alto nivel.
Los concept Exalt y Quartz han dejado su huella en este 508 y no cabe duda de que su diseño, elegante y deportivo, es un acierto. En el habitáculo encontramos una presentación también espectacular con la cuarta evolución del i-cockpit de Peugeot, con su pequeño volante de formas cuadradas que permite ver la instrumentación completamente digital por encima del aro y no a través de él. Presentación, materiales y, en general, todo lo que tiene que ver con la estética tiene un aspecto impecable y de calidad, a la vista y al tacto. Detalles como los pespuntes simulados en la parte superior del salpicadero o las inserciones de madera sin brillo contrastan con el aire tecnológico de todo el interior.
¿Estilo o espacio?
Aunque tanto la longitud como la distancia entre ejes son menores que en el anterior 508, el espacio para la piernas no parece haber disminuido pero la sensación que ofrece el interior del 508 no es de amplitud. La consola central es muy grande, la altura interior, sobre todo en las plazas traseras es escasa, y la supericie acristalada reducida. La visibilidad trasera queda bastante reducida pero es el precio de una silueta cupé.
En la gama de propulsores, los Diesel son lo que tienen más peso, con tres motorizaciones de gasóleo y dos gasolina, todos ellos basados en bloques ya conocidos. Sólo el Diesel más pequeño lleva cambio manual de seis velocidades de serie, ya que todos los demás lo llevan automático de ocho relaciones, con convertidor de par. El año que viene estrenará una variante híbrida enchufable de 225 caballos con una autonomía eléctrica superior a los 50 kilómetros.
Hemos tenido oportunidad de conducir los dos gasolina y el Diesel más potente y, sin ninguna duda, los gasolina ofrecen un comportamiento mucho más reinado y agradable, con una respuesta contundente desde muy bajo régimen ya que obtienen el par máximo a un bajo régimen de giro.
El cambio automático resulta muy acertado en conducción tranquila, pero si se quiere practicar una estilo algo más ágil le falta cierta capacidad de anticipación para reaccionar con rapidez. El aislamiento acústico es bueno pero no de los mejores de su categoría y se aprecia claramente la diferencia entre estar al volante de los motores de gasóleo o de los de gasolina, mucho más silenciosos.
La caída del techo difi culta el acceso a las plazas traseras y limita la altura en esta zona que, por el contrario, ofrece un buen espacio para las piernas de los ocupantes. El maletero tiene ahora 487 litros de capacidad y lleva rueda de repuesto de emergencia de serie.
Base compartida
La plataforma utilizada es la EMP2, la misma que se emplea en modelos tan exitosos como el 3008 y el 5008 y que ha supuesto una reducción de peso de 70 kilogramos con respecto al anterior 508. A pesar de usar la misma base hay una importante diferencia ya que el 508 monta suspensión trasera independiente multibrazo, en lugar del eje torsional de los SUV y, en función de los acabados, puede añadir amortiguadores de dureza variable.
El tacto general es excelente, con una dirección rápida con menos de 2,5 vueltas de volante, unas reacciones rápidas en apoyo y un comportamiento divertido y ágil en todo tipo de carreteras. Las diferencias entre los distintos modos de conducción son apreciables, tanto en la respuesta del motor y el cambio como en la suspensión, en caso de montar los amortiguadores activos.
El equipamiento tecnológico del nuevo 508 puede ser muy abundante, sin novedades que sean primicia en el mercado pero si en un Peugeot, como el sistema de visión nocturna. El aparcamiento automático con control sobre el freno y el acelerador además de la dirección, el control de crucero activo y todo lo que ya es habitual en los modelos más recientes se puede encontrar en el 508.
El sistema multimedia utiliza una pantalla táctil de ocho o diez pulgadas en función del acabado de los cinco disponibles, Active, Active Business, Allure, GT Line y GT, además de uno por tiempo limitado, denominado First Edition, disponible sólo con el gasolina más potente.
